Hace no mucho leí una frase publicada por Imanol Ibarrondo que decía: "El deporte no tiene valores, son las personas las que los tienen", me gustó, entre otras cosas porque siempre que he tenido oportunidad de hablar con padres de familia o con colegas sobre el tema, suelo mencionar que el deporte a diferencia de lo que la mayoría repite por moda, por aparentar que entiende o que le preocupa, no es necesariamente formativo, al menos no lo es per se, para que el deporte pueda cumplir con esta característica se deben crear las condiciones necesarias, de lo contrario se puede generar el efecto opuesto, es decir, que sea deformativo. Por desgracia muchas veces el deporte tiene el efecto deformador, desde el hecho de no desarrollar de manera adecuada las capacidades y habilidades del jugador hasta el fomento de malos hábitos, conductas inadecuadas, etc.
No es un tema sencillo de abordar porque incluso gente que lleva a la gente por caminos sinuosos, por decir lo menos, usualmente vende el discurso de los valores, los hábitos, la formación y la gente que no entiende mucho del tema suele comprar el discurso, más aún si este viene después de un relativo "éxito deportivo" o acompañado de adulaciones o promesas de todo tipo y si, la gente suele ilusionarse y perder el piso rápidamente, sobre todo cuando les tocas fibras bastante profundas, en este caso, cuando les hablas de lo maravillosos que son y pueden llegar a ser sus hijos, aunque con el tiempo todo haya quedado en eso, el mero discurso y meras promesas.
Aunque la ciencia avanza cada día, aún no hay algún examen tipo antidopaje o algún análisis sanguíneo para saber si una persona es o no apta para entrenar en formación y la cultura general ni la deportiva alcanzan para que la sociedad pueda identificar de manera eficaz quien tiene las características necesarias para tener la responsabilidad de ayudar en la formación un grupo de niños/jóvenes.
En términos generales podríamos decir que lo que diferencia a un entrenador formador de un deformador es que el primero entiende que el deporte es un medio (para la educación) y no una finalidad (ganar campeonatos), que entiende que antes que el deportista está la persona y que es a este a quien se debe y no al revés, mucho menos que el sujeto principal sea el propio entrenador, dicho así pareciera simple de comprender, sin embargo, si fuera simple no estaríamos tratando este tema, como se mencionó antes, hay muchas cosas que la gente, sea por la razón que sea, no llega a comprender del todo o simplemente es engañada por lobos con piel de oveja, el problema aquí es que el perjuicio recae directamente en los niños y jóvenes cuando se entiende que se les estimula a practicar un deporte con la idea de que lo que obtengan sean beneficios no solo para el deporte en sí, sino para la vida.
Si eres entrenador y quieres reflexionar sobre tu quehacer, porque claro, todos tenemos derecho a equivocarnos y podemos enmendar el camino, si eres padre de un deportista y quieres tener mayor certeza de en manos de qué tipo de entrenador dejas tu valor más preciado o si eres deportista y quieres tener una idea del ambiente en que te estás desarrollando y si este es el adecuado, esperamos que las siguientes pistas (seguramente hay mas) puedan ayudarte:
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