Como mencioné en el artículo anterior donde hacía un
análisis del triunfo de la Selección Mexicana de Baloncesto en el premundial,
es complicado hacer observaciones que no adhieren a la colectividad en momentos
que esta padece euforia o histeria pues se corre el riesgo de herir
susceptibilidades y aunque no es la intención, a riesgo de no agradar a mucha
gente les presento estas líneas acerca del equipo infantil de la región Triqui
en el Estado de Oaxaca.
En primer lugar debemos dejar bien claro que este proyecto
que se anuncia como social o al menos se presume así su origen y se vende mejor
como deportivo, se ha vuelto de carácter político y esto es algo normal en
todos los proyectos “sociales” de la región triqui; de ahí la fuerza e impulso
que ha tomado aunque algunos se hagan los sorprendidos, ingenuos y hasta se
golpeen el pecho: es la realidad.
Desde luego que el impacto que ha tenido el
mismo dada la buena fe de muchas personas ha sobrepasado por momentos los intereses
meramente políticos del grupo o grupos que se han involucrado volviendo a su
esencia social y enredando la parte deportiva dada la falta de cultura en el
tema que aqueja nuestro país.
Aclaremos también que independientemente del aspecto
político hay cosas que no están claras en cuanto al proyecto social y mucho
menos en el aspecto deportivo y es ahí donde centraremos estas líneas.
Antes de continuar debo decir que no estoy para nada
quitándole mérito a los niños, los niños por el simple hecho de ser niños son
punto y aparte en este tema; mi respeto y admiración para ellos y son ellos
precisamente la razón fundamental de este análisis pues nada nos gustaría mas
que tener en todo nuestro Estado y en cualquier lugar del mundo niños felices,
con oportunidades, con opciones, bien alimentados, etc; sin embargo mas allá
del “que” (proyecto social) y del “quienes” (los niños), es el “como” (jugar descalzos,
niños por encima de la edad convocada, ganar a toda costa, inventar títulos,
entrenamientos no acordes a su etapa de desarrollo, etc.), el “para que” o “para quienes” (políticos, “federativos”) lo que no nos termina por
dejar satisfechos, mas aún con toda la locura que se ha generado a últimas
fechas con un mal llamado campeonato mundial y el tema del premio nacional del
deporte.
Es por todo esto que lo se pretende con estas líneas es poner o
darle a las cosas su justa dimensión y dejar claro que no estamos de acuerdo
que a estos niños se les trate cual fenómenos de circo para beneficios políticos
o de cualquier otro tipo.
Comencemos por establecer las bondades de este movimiento, que
como todo tiene cosas positivas desde luego:
- El mundo ha vuelto la mirada a Oaxaca y ha conocido la situación en que se vive en las comunidades triquis, que dicho sea de paso no son las únicas ni en Oaxaca, ni en México que viven en condiciones precarias. Ahora bien, algo hay que hacer de raíz antes que pase de moda.
- Los políticos de pronto están interesados en el deporte y brindan apoyos, como el caso del DIF estatal que hasta hicieron el gran esfuerzo de ir de viaje con ellos a Atlanta (se sacrifican por su pueblo), nuestros brillantes diputados que hacen nominaciones igual que hacen política, es decir sin tener idea de lo que hacen, el gobierno estatal mas por presión que por otra cosa y hasta el gobierno federal. Cuidado con esta bola de nieve que si medimos con la misma vara prácticamente cualquier equipo de niños de cualquier disciplina deportiva tendría y merecería el mismo apoyo, ya veremos que respuesta dan a las peticiones.
- Suma a la efervescencia que vive el baloncesto en México.
Ahora bien, dejando establecido que el “que” es la mejora de
las condiciones y calidad de vida de la población y el quienes que son los
niños triquis algo que a todas luces es bueno, analicemos el resto de puntos.
Comencemos con el “como” y en este sentido lo primero que se
viene a la mente es la palabra descalzos, en un párrafo anterior dije y aunque
suene mal que los niños son usados cual fenómenos de circo y aunque realmente
suena mal es lo que es, estos niños llevan al menos dos años viajando por la
República y ahora también por el extranjero y jugando sin tenis; es verdad así
están acostumbrados no es necesariamente que no hayan tenido pero había que
portar a toda costa la bandera de la pobreza y la marginación o bien quizás al
inicio en realidad no tenían pero seamos honestos si había para viajar tendría
que haber para tenis, ¿no era acaso mejor sacrificar un viaje con tal de
hacerse de calzado?
Luego vinieron los apoyos que al menos en especie, es decir
en tenis ya han tenido desde hace tiempo y de cualquier manera se les presenta
descalzos so pretexto de que es así que están acostumbrados como si fuera imposible
acostumbrarse al calzado usándolo para entrenar todos los días (la pobreza se asocia a
conveniencia) y prometiendo en algunas ocasiones que eso lo iban a mejorar para
el siguiente evento algo que cada vez suena mas hueco cual promesa de campaña.
Entonces, ¿por qué jugar descalzos mas allá de la costumbre?,
sencillo, porque eso es lo que vende: la bandera de la pobreza y la
marginación, el producto mas eficaz de toda campaña política; había entonces
que buscar lástima, compasión por nuestros hermanos, algo que como oaxaqueño lastima,
no puedo estar de acuerdo en que como siempre se use a nuestros niños e
indígenas de esta manera, menos aún si se usa con fines políticos como si ser
indígena fuera sinónimo de ser pobre.
Hagamos un ejercicio, supongamos que estos mismos niños todo
el tiempo llegaran a jugar con tenis, se imaginan que pasaría? ¿Tendrían el
mismo impacto?, no lo creo, es una cuestión cultural, al menor sentimiento de
compasión por el menos afortunado surge la bondad, la solidaridad pero si
estamos ante un igual las cosas cambian, como leía en una nota hace un par de
días “nos decían frijoles” comentaba uno de los niños, seamos honestos, seguirían
llamándolos así si sus padres hubieran cometido la osadía de trabajar para
comprarles tenis, ropa y alimentos, no es secreto, es la naturaleza humana y no
es que todos lo hagan porque hay gente con valores, sobre todo en un Oaxaca
donde estamos día a día conviviendo con nuestros hermanos de comunidades
indígenas pero apenas vas al norte o cualquier otro punto, incluso en algunas
zonas de Oaxaca misma y el indígena es discriminado, lo ven menos, el
menosprecio hace acto de presencia, por lo cual el juego se volvió así, miren a
los pobres oaxaqueños descalzos, pobres, no tienen ni para comer como van a
tener para tenis (aunque hayan viajado a Monterrey, Estados Unidos u otro
sitio). Se puede intentar entender la estrategia, al final consiguieron que la
gente volteará a verlos y como dicen por ahí “por los medios que sea necesario”
aunque yo personalmente no lo comparto, en todo caso como se dice también: una
vez es gracia. Este asunto de jugar descalzos a estas alturas es mas un show,
un espectáculo que otra cosa y es algo con lo que no puedo estar de acuerdo y
que quede claro una vez mas que no es que los niños busquen dar lástima porque cuando
se habla del tema hay gente que se confunde, el tema no son los niños sino
quien los tiene bajo su responsabilidad.
Siguiendo con el “como” haré referencia a los derechos de
los niños en el deporte, (si no los conocen y quieren leerlos pueden hacerlo aquí)
de los cuales muchos no se cumplen en todo este asunto y es que si se ha
llegado incluso a hablar del Premio Nacional del Deporte, al ser estos derechos
básicos y elementales de todo niño que practica deporte es de entenderse que es
con lo primero que debiera cumplirse sin embargo no es así, jugar con base en
resultados, vender la idea que se ganan campeonatos nacionales y mundiales,
jugar con niños de mayor edad a la que corresponde en la categoría, el tipo de
entrenamiento al que son sometidos, son entre otras cosas algunas de las
violaciones que se hacen a estos derechos, las cuales pueden ser por dos
razones: bien por desconocimiento o por
falta de ética, si es el primer caso la recomendación sería que inviertan mas
en capacitación de los profesores que atienden a los niños antes que en viajes
y competiciones para brindarle a los niños las mejores condiciones para su
desarrollo que al final se supone es el objetivo y si es el segundo que espero
no lo sea, que aún sabiendo que hay cosas que no están bien igual se hacen
para obtener otro tipo de beneficios habría que tomar medidas correctivas. No
abundaremos en el tema pues lo trataremos en un artículo posterior.
Para finalizar con los pormenores con respecto al “como”: el
deporte infantil tiene sus particularidades, sus propios objetivos y sobre todo
debe entenderse que es un MEDIO, el mas efectivo desde mi punto de vista para
alcanzar objetivos educativos, sociales, de salud pero jamás es el FIN y ahí es
que no hay congruencia en este tema pues cuando se habla de campeonatos y de
premios económicos se atenta contra la lógica y principios del deporte en la
infancia, corrompiendo las bondades que este puede tener.
Términos como rendimiento, alto rendimiento, campeones
mundiales que es común ver en las notas acerca de los niños basquetbolistas no
tendrían cabida en todo este asunto, si llegan a ser campeones que sean
campeones de la vida y falta algo de tiempo para saber el desenlace de esta
naciente historia.
Para intentar clarificar algunos puntos pongamos un ejemplo:
el encuentro de minibasket de Argentina que jugaron en días pasados fue un
evento de convivencia para niños de diez y once años, en el cual el objetivo no era
obtener un campeón, el tanteo si acaso lo hubo era lo que menos importaba
porque en minibasket como en educación no se evalúa el resultado, se evalúa el
proceso. Hablando de evaluación viene a colación un punto mas que me ha llamado
la atención, se dice que una condicionante para que los niños jueguen es que
tengan promedio mínimo de 8.5 y para un niño que apenas tiene para comer,
entrena, sale de viaje me parece un tanto injusto y con mas razón las
evaluaciones tienen que ir al proceso no al resultado y lo menciono porque un
argumento para que solo hayan viajado ocho niños al encuentro de minibasket es
que el resto no cumplió con el requisito del promedio; yo me pregunto, en una
academia donde se habla de 2500 niños, al menos eso dicen algunas notas ¿no
había cuatro mas que cumplieran con el requisito?, el asunto me parece es que
se juega en busca de resultados porque claro, además de jugar descalzos se debe
ganar para llamar la atención en un país como el nuestro enfermo de
campeonitis, donde todos quieren resultados a corto plazo y donde no se tiene
conocimiento de deporte, por ello es mejor llevar a los mismos jugadores todo
el tiempo, aunque algunos estén por encima de la edad olvidando que el deporte
infantil debe procurar el respeto a las reglas, a la autoridad y que debe ser
incluyente, buscar la masividad en lugar de la selectividad que es lo que se
hace con estos niños, en este sentido cualquiera y todos los niños de la
asociación deberían tener la misma oportunidad de asistir a estos eventos ¿o no
hablamos de inclusión en este proyecto?. Esto es entendible, pasa en todo
México, lo cierto es que no se ha logrado aún que se entienda la esencia del
deporte infantil, del deporte formativo, educativo, social y siempre se trata
de conseguir campeonatos a como de lugar. En este caso por ejemplo, como
proyecto social que se basa en el deporte tiene el mismo valor tener un club en
una zona de altos índices de criminalidad que en una zona marginada, ganes o
pierdas y si bien esto merece reconocimiento, este no debe ser el premio
nacional del deporte o se le tendría que dar también a quien aleja niños y jóvenes
de las calles y hay muchos casos iguales en el país muy meritorios por cierto
pero para premios de índole social, no deportivos. El premio nacional del
deporte, seas deportista profesional o no debe ser otorgado a quien ha hecho
del deporte o de los logros deportivos su principal objetivo, su profesión y
por ende modo de sustento para ir
aclarando ese punto.
Los premios y reconocimientos.
El niño para jugar requiere solo la motivación interna, es
decir, el niño juega porque con eso se siente feliz a la vez que aprende y no
necesita premios para seguir jugando: jugar es el premio!
Al obtener estímulos externos o al darlos estos deben ser
acordes a los intereses y edad de los niños para no trastocar la motivación
interna o que el niño se vuelva dependiente o condicione la realización de la
actividad a cambio de algo, por ejemplo dar dinero a cambio de jugar o ganar en
esta edad es por demás perjudicial para el niño y, con el tiempo cuando el dinero
no es suficiente o no alcanza es mas un aliciente para el abandono que para el
fomento de la práctica deportiva.
Los niños no son tontos y si saben que pueden conseguir
algún beneficio por jugar, tarde o temprano condicionaran la actividad por
conseguir algo a cambio que al no ser suficiente (será menos suficiente en
tanto vaya creciendo y teniendo otros intereses) quizás no encuentre mas
motivación para seguir jugando. Ganarse unos tenis para cubrir una necesidad
por ejemplo, puede ser bueno pero todo en exceso es malo.
Por otra parte en un caso tan sonado como el del equipo
oaxaqueño es normal que el equipo poblano (los adultos alrededor de las niñas)
se sienta menospreciado viendo que los niños de Oaxaca reciben todo tipo de apoyos,
reconocimientos y ellos por otra parte no, vienen entonces las exigencias a las
autoridades y de pronto también levantan la voz en el norte con el argumento de
ser campeones nacionales de la categoría y la bola de nieve crece y crece, en
Oaxaca por ejemplo, muchos equipos que se saben mejores que el equipo triqui
comienzan a levantar la voz pues este equipo jamás ha participado en un evento
oficial y consideran tener mas merecimientos, sobre todo al ver el apoyo de
instancias oficiales, autoridades y demás aunque como hemos mencionado al ser
deporte infantil el minibasket debiera tener otros objetivos y no hay mundial
en la categoría pero es para ilustrar un poco las consecuencias nada favorables
de este fenómeno.
Lo que no hemos visto por ejemplo es que apegados al
reglamento que todos dicen respetar y a derecho alguien exija mejores
instalaciones para deporte infantil o al menos promuevan el juego en mejores
condiciones si es que estas existen. Ejemplo, se sigue jugando con balón y aros
para adultos y aunque los haya mas bajos, los adultos piden se juegue en aros
altos porque así “compiten” sus equipos. En otras palabras hay que atacar los
problemas de fondo, de raíz, lo demás vendrá por añadidura pero bueno, es mejor
debatir si los premios, si dinero, etc.
Directivos.
Mención aparte tienen directivos y autoridades, que como
siempre pasa se cuelgan del trabajo de otros, en este caso algunos incluso
contradiciendo lo que tanto pregonan, por ejemplo los “directivos” del básquet que
posan y posan para las fotos y dicen apoyar este proyecto se olvidan, no se dan
cuenta o se hacen que no saben aunque lo mas seguro es que no saben que muchos
de los puntos mencionados en este artículo sobre el actuar de los equipos
infantiles contradicen al dichoso plan 2020 del cual tanto hablan y pregonan
aunque no tienen la menor idea y por cierto, hay que decirlo y que conste que
en este asunto del básquet no tenemos afiliación ni preferencia por ningún grupo
porque como lo he dicho siempre en ambos bandos hay gente buena y gente
depreciable, también lo hacen con tal de dar fuerza o “respaldo” al grupo que
pertenecen bajo la complicidad de la gente de FIBA en el continente que no deja
de meter las manos en el asunto del básquet mexicano y que no permite que sean
los mexicanos los que decidan, aunque eso es harina de otro costal pero es para
dejar claro que nadie da paso sin huarache, excepto estos niños que bien se han
ganado el respeto de la gente dando saltos y pasos sin huarache que volvemos a
decir, son los menos culpables, ellos son niños y lo único que quieren es
divertirse.
Hay que darle a las cosas su justa dimensión. Bien por el proyecto social que involucra al deporte como medio, esperemos que estas líneas sirvan de algo, si tuvo un rumbo volver a él y no prestarse al manoseo que se hace por fuerzas políticas sobre estos niños, ni engañar a la gente con hazañas deportivas que no existen, todos queremos un Oaxaca y un México mejor pero seguimos con las mismas prácticas, así es complicado.
Hay que darle a las cosas su justa dimensión. Bien por el proyecto social que involucra al deporte como medio, esperemos que estas líneas sirvan de algo, si tuvo un rumbo volver a él y no prestarse al manoseo que se hace por fuerzas políticas sobre estos niños, ni engañar a la gente con hazañas deportivas que no existen, todos queremos un Oaxaca y un México mejor pero seguimos con las mismas prácticas, así es complicado.